El papiloma nasal invertido, ha recibido a
través de la historia otros nombres. Uno de ellos, Papiloma Shneideriano, en honor al médico que describiera su
histología, Victor Conrod Shneider.
La membrana mucosa de Shneider, recubre la
nariz y los senos paranasales y se considera especial ya que deriva del
ectodermo (capa embrionaria). Los
papilomas que derivan de éste epitelio, son también únicos en su evolución, su
biología y su localización. Además se asocia al virus del papiloma
humano (VPH).
Los papilomas que provienen de ésta
membrana crecen hacia adentro de los senos paranasales, de ahí el nombre de
“invertido” , el sexo masculino se ve afectado 3 veces más que el femenino y se presenta con mayor frecuencia entre la
segunda y la séptima décadas de la vida.
Anatómicamente, existen 2 clasificaciones
para los papilomas. Aquellos que provienen del septum nasal, (también conocido
coloquialmente como “tabique”) y
aquellos que derivan de los senos paranasales y/o la pared lateral nasal. Se
presenta como una masa unilateral que puede confundirse con un pólipo.
La distinción del lugar de origen es muy
importante ya que se sabe que el 15% de aquellos papilomas que derivan de la
pared lateral nasal, pueden malignizarse.
Cuáles
son los síntomas más comunes?
Normalmente, el paciente refiere
obstrucción nasal con o sin sinusitis,
rinorrea (flujo nasal) y epistaxis (sangrado o hemorragia nasal).
Ocasionalmente puede causar cefaleas (dolor de cabeza), dolor facial, anosmia
(pérdida del sentido del olfato) e incluso deformidad de la nariz o lesión del
ojo si se ve afectada la lámina papirácea.
Como dato curioso, se ha visto que uno de
cada 50 pacientes con pólipos nasales
(hablamos de éstos en el blog anterior), presentará un pólipo nasal invertido.
Cómo
se hace el diagnóstico?
Normalmente los síntomas nos orientan a
pensar en el posible diagnóstico. Sin embargo, nos ayudamos de otras
herramientas como la nasofibroendoscopía, la cual se puede realizar en el
consultorio durante el examen físico del paciente y posteriormente se puede
solicitar una tomografía computada de nariz y senos paranasales contrastada, la
cual nos proveerá con los detalles necesarios de localización, extensión de la
lesión y grado de destrucción del hueso. Sin embargo, para tener un diagnóstico
certero, deberemos realizar una biopsia. En algunos casos también puede
solicitarse una resonancia magnética.
Cuál
es el mejor tratamiento?
El tratamiento de elección actualmente es
el abordaje con cirugía endoscópica nasal ya que ésta técnica, nos permite en
la mayor parte de los casos, evitar heridas y cicatrices en cara y un menor
tiempo de recuperación del paciente.
Recurrencia
A pesar de que se realice una cirugía
cuidadosa, el porcentaje de recurrencia es de 40% a 80% y pueden requerirse
múltiples intervenciones para controlar la enfermedad.
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